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Descubriendo el histórico Ford Modelo A: el héroe anónimo del servicio postal estadounidense

Descubriendo el histórico Ford Modelo A: el héroe anónimo del servicio postal estadounidense

Los inicios de las furgonetas postales

La furgoneta postal, una de las primeras “profesiones” del automóvil, tiene una rica historia. Los primeros “carruajes sin caballos” estaban equipados con una caja cerrada detrás de los asientos para transportar el correo. El conductor, expuesto a la intemperie, se sentó en un asiento al aire libre, prueba de su resistencia. Con el tiempo, el diseño evolucionó hasta convertirse en un vehículo específico para el reparto de correo, que acabó ofreciendo condiciones humanas no sólo para los paquetes, sino también para los conductores.

El factor durabilidad

Para las tareas postales, el principal requisito de un vehículo era la resistencia. Los coches recorrían enormes distancias, a menudo en lugares donde el término “carretera” era más teórico que real. Las duras condiciones podrían inutilizar cualquier chasis normal en cuestión de semanas, obligando a los trabajadores postales a buscar continuamente máquinas más resistentes.

La llegada del Ford Modelo A

El Ford Modelo A, aquí presentado, se convirtió en un pilar de los servicios postales. El Servicio Postal Federal de los Estados Unidos, tras observar el rendimiento del coche después de su debut en 1928, compró un gran lote en 1931. La versión comercial de la berlina Ford estaba disponible en tres variantes: una plataforma de carga abierta, una furgoneta con laterales sólidos o sólo el chasis. Los funcionarios de correos optaron por el chasis, una opción rentable que permitía modificaciones a medida para adaptarse a sus necesidades de transporte de correo.

Características exclusivas del furgón postal modelo A

Este Ford Modelo A en particular, un modelo posterior a 1929 reconocible por su parrilla del radiador, fue modificado para uso comercial, con los faros delanteros y el radiador pintados, una distinción de las versiones cromadas de los modelos de pasajeros. Disponía de puertas correderas a ambos lados que daban acceso a una cabina de conducción con un solo asiento y una puerta corredera interior para acceder al compartimento del correo.


El acceso al puesto de trabajo del conductor (a la izquierda) se realizaba a través de una puerta corredera (a la derecha).

Se aumentó la altura del vehículo para albergar un compartimento de correo de 100 pies cúbicos (menos de tres metros cúbicos). El correo estadounidense, que normalmente se transportaba en bolsas, se manipulaba fácilmente con robustos ganchos en el interior de la furgoneta. El coche también tenía un dispositivo de limitación de velocidad, con un tope de 35 millas por hora, e incluía limpiaparabrisas, una luz de cabina adicional y un silenciador del camión comercial Ford AA.


La puerta que conduce de la cabina del conductor al compartimento del correo también era corredera

El legado del Ford Modelo A en los servicios postales

Apreciando la fiabilidad de los vehículos Ford, el Servicio Postal Federal adquirió chasis comerciales Ford AA adicionales en 1931, equipados con carrocerías similares, para entregas de correo más grandes. Estas furgonetas prestaron un servicio fiable hasta principios de la década de 1950, marcando una época de vehículos fiables y sencillos para el servicio postal.


Las puertas traseras con bisagras, por las que se cargaban los envíos postales, estaban cerradas con un sólido pestillo. En caso de mal tiempo, era posible bajar y sujetar pantallas de tela impermeable sobre la malla metálica que cubría los huecos de estas puertas.

Conservar el pasado

Curiosamente, los vehículos postales se utilizaron hasta el límite, sin pensar apenas en su vida posterior al servicio. Sin embargo, una división especial dentro del club de entusiastas de los Ford Modelo A se centra en la conservación de estos históricos vehículos postales. Gracias a sus esfuerzos, las pocas furgonetas postales que quedan, jubiladas hace tiempo, se reparan, restauran y mantienen, aunque sólo quedan unas pocas.

Este viaje por la historia del Ford Modelo A revela el importante, pero a menudo ignorado, papel de este vehículo en la configuración de los servicios postales de Estados Unidos. Es una historia de durabilidad, adaptabilidad e innovación, que resonará en cualquier persona que aprecie la intersección de los viajes, la historia y la tecnología.

Foto: Sean Dugan, Hyman Ltd.

Esto es una transalción. Puedes leer un artículo original aquí: Андрей Хрисанфов – о фургоне Ford A, попавшем на почтовую службу в США

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